Diario de un Reportero Los escalofriantes crímenes del Dr. Mireles
Publicado originalmente en http://www.josecardenas.com.mx/contenido.php?apa=12&idart=54337
OTOÑO DE 2012
INVIERNO DE 2012
PRIMAVERA DE 2013
INVIERNO DE 1983
Domingo 21 de diciembre de 2014
OTOÑO DE 2012
Viajo como pasajero en un auto particular rumbo a Pátzcuaro. Vengo de la reunión de… mejor será no precisarlo aún. Kapuzcinsky dice que siempre hay que recordar que cuando se va el periodista hay gente que colaboró con él que permanece en situación de riesgo.
La anécdota que me relatan es la siguiente. Dos años atrás un empresario local de la Tierra Caliente ha sido avisado que tiene que cooperar con determinada cantidad “para el aguinaldo de los muchachos”. Lo citan para un día, le vendan los ojos y lo llevan por lo que seguramente es una brecha, a juzgar por el bamboleo de la camioneta.
Cuando le quitan la venda mira un castillo que parecería medieval a no ser porque en las almenas no hay arqueros, sino al menos una docena de sujetos con equipo de comunicación satelital y armas impresionantes.
Duranter las siguientes semanas, tras dejar su parte del “aguinaldo de los muchachos” el empresario se reúne con distintos representantes de secretarías del gobierno de Felipe Calderón y les denuncia la extorsión
Tuvo una sola, sincera respuesta: esa parte de Michoacán no la controla el gobierno de la República, la controla el narco. No hay nada que hacer.
Al día siguiente, en Morelia, converso con ejecutivos de Mega Cable la posibilidad de que incluyan la señal de Hispan TV en sus canales internacionales. Luego camino unas calles por la preciosa ciudad, compro un pastel y pregunto dónde está la central de camiones, me informan que bastante lejos.
Venzo mi temor a los taxis. Abordo uno.
El chofer, para confirmar mis aprehensiones, tiene un gesto adusto.
Busco la empatía; me cuenta:
Acaba de recibir una llamada en su celular donde le piden que lleve 2 mil pesos a la Comercial Mexicana donde hay un complejo de cines. Será la cuota semanal. La misma llamada han recibido 9 de sus compañeros, y otras, en la base de taxis. Ochenta mil pesos mensuales será lo que haya que cubrir para que puedan circular.
Algunos colegas podrían aparecer con un balazo en la cabeza si se niegan.
El taxista me narra que él ya estuvo en la cárcel hace varios años, que ha querido ir “derecho por la vida” pero no se lo permiten. Ha platicado del asunto con un viejo compañero de reclusión, le ha ido muy bien. Le ha pedido que le dé el número de donde recibió la llamada de extorsión. Él se hará cargo de todo.
Cuando bajo del taxi y abordó el autobús rumbo a la Ciudad de México, la sensación de alivio es automática.
INVIERNO DE 2012
Platico con mi peluquero la experiencia michoacana: “Si mi señor la cosa está espantosa…” –me dice con una cortesía que solo puede ser posible concebir en alguien que lleva medio siglo en el oficio- … “fíjese que aquí me viene a vender comida una señora, viene de Michoacán, donde llegó a tener dos tortillerías, le pedían una cuota que la hizo quebrar. Cuando ya no pudo pagarla temió que la mataran. Dejo todo y se vino a México”.
PRIMAVERA DE 2013
La primera noticia que tuve del doctor Mireles fue como a las once de la noche de un día que por accidente escuché en la radio del auto una entrevista que me pareció escalofriante.
No era un noticiero, no sé qué estación escuchaba, pero el locutor conversaba con Mireles, preocupado por algún acontecimiento reciente.
Palabras más, palabras menos, el entrevistado narraba en calma que por el Parque Nacional de la Tzararacua, fundado por iniciativa de Lázaro Cárdenas, ahora ocurrían historias como esta: Llegan los templarios a la casa de alguien, piden de cenar y mientras uno le apunta a la cabeza al marido, otro se lleva a la recámara a la señora. Luego les dicen que bañen a la niña de 12 años, porque se la van a llevar para disfrutarla más tarde, con más calma. Esto es lo que nos ha obligado a formar las autodefensas. Aquí el gobierno no existe.
Es tremenda la responsabilidad que tenemos los comunicadores, sobre todo en medios electrónicos, me dicen Michelin Kineri, conductora de un programa femenino en Canal 2, no cabe la broma. El otro día estábamos usando como modelos unos muñecos para demostrarles a las mamás primerizas como se baña a los recién nacidos. Me hacen la señal de corte y digo, bueno aquí dejamos a nuestros bebes en remojo y mañana continuamos. Pues ¿me creeras Ramsés que hubo tres llamadas preguntando si habría que dejar a los niños en el agua hasta el otro día?
Domingo 21 de diciembre de 2014
¿Alguien en el gabinete de Enrique Peña Nieto sabrá de qué se acusa al doctor José Manuel Mireles Valverde?
El senador Javier Corral ha encabezado los esfuerzos para que se le dé la amnistía. El padre Gregorio ha dejado saber que una de las condiciones que le ha puesto el gobierno federal es que no intervenga en política.
Reviso el Código Penal y encuentro que los captores de Mireles habrían cometido los siguientes delitos: tortura; tratos crueles, inhumanos y degradantes (el haberlo rapado, privarlo de salir de su celda y de suministrarle sus medicamentos contra la diabetes son prueba de ello) plagio; supresión de correspondencia. En los códigos penales locales se tipificaría chantaje el impedirle a Mireles participar en política a cambio de liberarlo. En el Código Federal se llama Extorsión.
Recuerdo a Micheline Kinerry y corrijo el encabezado de este Diario de Reportero, sin bromas, el título correcto debe ser:
LOS ESCALOFRIANTES CRÍMENES DEL PRIGOBIERNO CONTRA EL DR. MIRELES.
Creo que en el próximo Diario recopilaré algunas de las propuestas para que la revolución 3.0 que se ha emprendido en redes sociales contra el PRI tenga el menor de los daños posibles. La restructuración de un gabinete integrado con más ciudadanos destacados en distintos campos de la ciencia política, jurídica y social, sería una de ellas. Supongamos por ejemplo a Mireles a cargo de la defensa nacional, lo preferirían millones.
Comentarios
Publicar un comentario