Adios vieja Israel, bienvenida bella Irán
Diario de un Reportero
Ramsés Ancira
Si alguna vez alguien tuvo fe en el cuento de
Israel como un eficiente policía de Medio Oriente que iba a salvar a occidente
de los salvajes e impíos sarracenos, que nos iban a imponer a su dios so pena
de cortarnos la cabeza; el holocausto que hoy se vive en Siria nos demuestra
que al mundo le urge cambiar de empleado. Por el contrario Irán, entre las
naciones islámicas del planeta, es la que tiene las mejores dotes para mostrar
la mejor faceta del mundo árabe, la heredera de la señera cultura persa.
En 1789 Alejandro Malaspina, explorador español,
botánico, naturalista y al que muchos consideran el padre de la sociología,
elaboró una teoría que pudo haber prolongado la Ilustración, retrasado las
guerras de Independencia y quizá incluso la pérdida de Texas y de dos millones
de kilómetros cuadrados de territorio hispano tras la invasión de 1847.
Lo que el Malaspina ideó, tras cinco años de
recorrer el continente americano fue crear una federación de reinos unidos por
la lengua española y la religión católica. Este hombre, al que debemos la
expansión de la ciencia y el conocimiento de las riquezas naturales, él, que
abrió el camino al barón de Humboldt para nuevas expediciones, acabó en la
cárcel por sus ideas políticas liberales y unificadoras.
Pero Malaspina solo es el pretexto para hablar
de lo que tanto necesitan los pueblos árabes, hoy tan estigmatizados y
calumniados. Si Europa se unificó y hoy padece en su conjunto por la mayor
crisis de refugiados de la historia, una federación de reinos unidos por
compartir la lengua árabe y la religión islámica, podría ser la única manera de
detener los desequilibrios que hoy nos acercan a una nueva guerra mundial.
Si ya el Papa Francisco está unificando al mundo
cristiano y su labor permitió - con la valiosa participación de los jesuitas- vencer la resistencia republicana para
resquebrajar el bloqueo económico, ¿Por qué no formar un bloque islámico que
aligere las tensiones que hoy propician el terrorismo en Europa y el Terror
absoluto en Siria y partes de Libia e Irak y África?
¿Y por qué Irán sería el más calificado para
concitar esta cohesión islámica? Porque no hay duda que es el país de la región
con mayor desarrollo científico, porque a diferencia de otros países árabes que
siguen rigiéndose por la realeza y el “derecho divino” tiene una economía que
no discrimina y está sustentada en tres bases, el Estado, la Iniciativa Privada
y las Cooperativas
Cuándo recibí en mi correo electrónico el último
correo de Médicos sin Fronteras dudé en abrirlo.
¿Qué gano con angustiarme ante noticias que
ocurren del otro lado del mundo y contra lo que nada puedo hacer?
El boletín informa de bombardeos sobre
hospitales. Cuando todo era espantoso en Siria aún quedaba la esperanza de
huir. Hoy se envían recursos a Turquía y se organizan manifestaciones en el
Mediterráneo para impedirle a la gente escapar de la muerte.
Las únicas noticias que tenemos son de
bombardeos, y todos sabemos que lo que se arroja desde el aire no distingue a
combatientes mercenarios de civiles. Nada están aportando a quienes tienen como
único instinto básico la supervivencia.
Revisemos ahora el discurso de los Republicanos
para ganar la presidencia de los Estados Unidos, está impregnado de los mismos
argumentos del Siglo XVIII y del que sostiene Israel en el Siglo XXI. Miedo a lo
diferente, segregación, muros. “Greasers”
les llaman los esos republicanos a todos los latinos, terroristas potenciales,
les llaman en el gobierno de Netanyahu a todos los palestinos, vivan en Gaza o
Cisjordania. Son estos políticos racistas de Estados Unidos los que reciben los
principales apoyos de los publirrelacionistas, “lobby” le llaman, sionistas.
Cómo estará la cosa que la mejor cara que tienen
los republicanos es la de un Bush. Él, a diferencia de Ted Cruz o Donald Trump
no habla de invasiones “aliens” o de como los inmigrantes les están quitando
los trabajos mejor pagados a los estadounidenses.
Esos republicanos son los que usan los mismos
discursos de la cara más vieja y fea de Israel: Muros pagados por los
latinoamericanos, fuerzas policiacas para detener a los indocumentados desde
México.
Toda la deuda que tenemos con los grandes
científicos, psiquiatras, pedagogos y divulgadores de la ciencia, de origen
judío, se pierde en el discurso de segregación y discriminación del gobierno de
Israel. De los judíos democráticos y progresistas pocos están en Israel o en
Washington, más bien en Nueva York y Hollywood.
El firmante de este artículo, algunos lo saben,
tiene ascendencia judía con origen en Siria. No los conozco, no se sus nombres
pero sé que muchos de los que hoy viven el terror en Alepo, de los que cruzan
fronteras en Turquía y de los sepultados por las bombas rusas o perforados por la
metralla del Ejército Islámico, son tíos, primos, o gente con la que comparto mucho de mi ADN.
Por eso en vez de negarme a leer los reportes de
horror de Médicos sin Fronteras, después de que obsesivamente pensé que todos
debemos hacer algo, me senté a escribir este artículo. Para decir que como
judío quiero repudiar a esa vieja fea y picapleitos en la que se ha convertido
Israel y terminar con la esperanza de que esa joven y bella Irán, hija de la
rica cultura humana que nació en Mesopotamia, junto con la civilización y las
primeras organizaciones urbanas, se convierta en unificadora de las culturas
islámicas, y estas, a su vez, en hermanas de las cristianas y las judaicas.
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