El Cinismo "Ad Nauseam"
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México hace oficial una protesta por lo
que el señor Francisco Bergoglio escribió en una carta privada.
No importa que sea Papa o si se usó papelería del Estado
Vaticano. En cualquier caso, cuando habló de la mexicanización usó un sinónimo
universalmente aceptado para expresar la idea, ciertamente más compleja, de cadáveres que se desintegran
hasta su más infinetesimal partícula atómica
con todo y llantas, hebillas de cinturón, pilas y teléfonos móviles.
Mexicanización significa boletinar "verdades históricas" que
desmienten todos los postulados de la
física y de la química con la que perdieron el tiempo Laboisier, Newton,
Leucipo, Demócrito, Gay Lussac, Robert Boyle, y si indisoluble compañero
Mariotte.
Un cinismo que engalana al PRI y a su compinche, alias
"El Verde", para frenar cualquier ley que combata la corrupción o
investigue créditos a funcionarios, concedidos por beneficiarios de contratos de obra pública; comisiones por
segundos pisos, carreteras, hospitales y aeropuertos, principalmente.
Cinismo, pero no cualquiera. El que llega al vértigo, el que
voltea la cara ante el mayor número de ejecuciones por causas no atribuibles a
sicópatas religiosos o sexuales (generalmente son los mismos) en el mundo. El cinismo que llega hasta las
nauseas.
La Cancillería , alguna vez orgullo de México por sus
tratados de Tlatelolco, por su apoyo a las víctimas de dictaduras militares en
Argentina y Chile; por brindar oportunidades de autodefensa a los defensores de
la República Española, y asilo a sus ancianos, a sus profesores, a sus
editores de libros, y a sus hijos; hoy se
razga las vestiduras porque un señor que además es jefe del Estado Vaticano,
esté al pendiente de nuestros periódicos y de su nota roja, que con más
frecuencia que ausencia es también "la de 8 columnas"
Ahora Francisco sabe de las lealtades de un canciller, como
antes del ejército, al presidente. No quiere que otros países se mexicanicen
así. Por eso considera en una carta PRIVADA que para que esto no ocurra en
otras divisiones geográficas se requiere de lealtad a la Nación y no a los
sistemas de partidos políticos empeñados
en conservar el negocio a cambio destruir a la democracia. Justo a eso le llama
mexicanización.
Pero no será en vano, con la Iglesia se han topado, y esta
vez, esperamos, será para bien, para mucho bien porque mexicanos laicos, de
izquierda, progresistas y defensores acérrimos de la libertad de expresión, por
primera vez tenemos consenso en mexicanizar al Papa, antes de que este cinismo
Ad Nauseam se nos convierta en síntoma de agonía de una Nación que fue, pero ya
casi no es.
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