Las nuevas cruzadas, los parias, los periodistas y los Goliardos


Diario de un Reportero


Ramsés Ancira

La persecución de los valores del otro, de la fe del diferente, de la cultura y acervo intelectual del adversario, del dominio de su territorio y de sus recursos naturales, son lo primero que llega a la mente cuando pensamos en el medioevo y su referencia inevitable, las cruzadas.

Pero esa lucha que iniciaron cristianos carniceros se ha prolongado ya por más de 10 siglos. Sabemos sin embargo solo de la versión occidental, contamos uno a uno los muertos en París; pero desconocemos cuántas son las víctimas en Mesopotamia; los nombres de los decapitados y quemados por mercenarios contratados por el Estado Islámico (presumiblemente gracias a la venta de barriles de petróleo en 20 dólares a Turquía) y sobre todo no podemos contar, porque no tenemos acceso a las cuentas numéricas, cuántos muertos producen los bombardeos, aliados o por separado, de Francia y Rusia, en poblados localizados entre el Tigris y el Eufrates. Ahí donde se desarrolló toda la historia digna de contarse antes del medioevo y el Imperio Romano, gran parte de la cultura humana de la época antigua.

Y es que hoy, como en las Cruzadas, el diálogo está cancelado. Se pretende, porque se ignoran las lecciones de  la historia, la aniquilación del  contrario.

También se ignoran las leyendas medievales. Olvidan la lección de la hidra, a la que cada vez que le cortaban una cabeza, le brotaban otras dos. Igual que al Estado Islámico le crecen voluntarios locos entre los empleados de un hospital mental de San Bernardino; o entre los parias de Europa; quienes no ven más sentido que el de morir en una cruzada santa ya que su capacidad intelectual y las oportunidades que ven en su camino no superan las de trabajos manuales mal pagados.

La mentalidad medieval europea no se ha mejorado en 11 siglos. Así lo advierte un periodista francés, Nicolás Henin, quien a pesar de haber vivido como rehén y presenciar la muerte de sus compañeros por el método de ejecución, hoy es el primero en suplicar que no se bombardeen blancos islámicos. Que es lo que exactamente necesita el terror, para convertirse en más terrorismo[1]

En el medioevo, nos informa Jaques Le Goff en Los intelectuales en la Edad Media,  ese papel incómodo que hoy hace el periodista Nicolás Henín, lo hacía una clase especial de monjes, los Goliardos que también eran cuestionados por burlarse de las jerarquías, y que sólo encontraron cierta tolerancia en París, donde el obispo fundó la Universidad de la Sorbona, en el año 1200.




Abelardo es uno de los primeros ejemplos del medioevo del intelectual perseguido por buscar el conocimiento en escritos que no estuvieran  ligados a la propagación de la fe católica.

  Ya sea que se dé al error mahometano el vergonzoso nombre de herejía, ya sea que se le dé el infame nombre de paganismo, hay que obrar contra él, es decir, escribir[2]

 Abelardo tiene el problema de que sólo habla latín y para comprender al enemigo, para saber cómo es que se ha logrado tan rápida expansión del Islam, tiene que pagar a los árabes, probablemente a los tolerados en Constantinopla, para que le traduzcan el Corán. La profesión de traductor alcanza sus primeras glorias.


 Me indigné al ver a los latinos ignorar la causa de semejante perdición y ver como su ignorancia los privaba del poder de resistir a ella; nadie respondía porque nadie sabía. Fui pues en busca de especialistas de la lengua árabe que permitió a ese mortal veneno infectar a más de la mitad del mundo

Dado el momento histórico y la importancia de evitar una tercera guerra mundial, creo es importante hacer una digresión aunque arriesgue la extrapolación.

Abelardo se une al enemigo y hasta arriesga su propia fortuna para traducir textos árabes, es decir para buscar una solución política que evite que el Islam “infecte a la fe cristiana”


Por el contrario en los años anteriores al fortalecimiento del Estado Islámico, Israel se alió a los fanáticos más radicales con tal de debilitar el régimen de Bashar Al Asaad. Para ello no tuvo ninguna dificultad de contar con el apoyo de los republicanos en Estados Unidos y de Arabia Saudita, país donde la libertad de expresión de un bloguero se castiga con 100 latigazos, sin que nadie les  rompa relaciones diplomáticas, porque encima de los derechos humanos están los negocios del petróleo; incluso por encima  de los gobiernos laicos, si estos no son amigos, como el de Siria.

Como Arabia Saudita es amigo, no tuvo problema para salir y volver a Estados Unidos, el asesino serial del condado de  San Bernardino.

Hoy Francia y Estados Unidos han soslayado las presiones de Israel para negociar con Irán, donde la interpretación del Corán no impide que las mujeres vayan a las universidades, ni los hombres puedan someterse a operaciones de reasignación sexual, en lugar de tirarlos de las azoteas.


Pero persiste la solución de los bombardeos, por encima de la negociación. Es más fácil arrojar bombas que libros y alimentos que den esperanza a los habitantes de Siria sometidos por el terror de los radicales.

Como los goliardos, los periodistas tenemos la obligación de hacernos odiar, si con ello exhibimos los negocios detrás de la guerra, tenemos la obligación de hacer eco a advertencias como las que lanza nuestro colega francés  Nicolás Henin.

Hacer que sea más fuerte el grito por la paz, que los gritos de dolor, que seguirán escuchándose en todo el mundo, si no se resuelve la Guerra  con una adecuada política de comunicación. Una  que explique cómo Siria llegó a esta situación y   como inicio la crisis de refugiados.


Una política de comunicación que informe al mundo, como el Estado Islámico se enriquece con los mayores parias intelectuales del planeta: Unos mercenarios, probablemente entrenados por Blackwater en Estados Unidos y otros, simplemente enfermos mentales, como parece el caso del sujeto que encargó a su hija de seis meses, mientras iba al supermercado de metralletas, en alguna tienda legal de California.





[1] Referencia del diario británico The Guardian, publicada  el miércoles 2 de diciembre de 2015. Consulta en Internet http://www.theguardian.com/world/2015/dec/02/nicolas-henin-video-isis-syria-strikes
[2] Los intelectuales en la Edad Media, Jaques Le Goff, Editorial Gedisa, Página 33

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