Del fraude procesal como instrumento legal del despojo



Diario de un Reportero

Ramsés Ancira

En la esquina de las calles de Veracruz y Avenida Chapultepec, de la colonia Condesa, existe un edificio de estilo Art Decó de tan alto valor artístico como  económico. Como se encuentra a las puertas del llamado Corredor Chapultepec, que al final se canceló debido a que representaba inconmensurables ganancias a un grupo privado, por usufructuar el espacio público, este edificio resulta un colosal negocio.
Y es que a unos cuantos metros se encuentran los rascacielos símbolo de la banca extranjera, este se dice sería vendido a Carlos Slim para la construcción de una más modesta Torre Inbursa, pero resultó que el comprador, que seguramente había recibido información privilegiada, se topó con que el inmueble ya estaba registrado a nombre del modesto negocio de estética que se encuentra al pie del edificio Art Decó.
El comprador enfureció y argumentó que no era posible que esta gente pudiera tener para un edificio tan costoso, por lo que los demandaría por fraude procesal.
Este es un ejemplo de cómo los latifundistas urbanos utilizan el delito de fraude procesal para despojar a la gente que se opone a que riquezas fabulosas se conviertan aún en más cuantiosas.
El fraude procesal es un delito penal, no grave, pero que manejado con los trucos legales, la corrupción de ministerios públicos y aún de los jueces, puede llevar a personas a la cárcel. mientras se averigua.
En El Uso Excesivo e Irracional de la prisión en México, Guillermo Zepeda Lecuona del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM nos advierte:
Existe un uso excesivo de la medida porque las cifras y los análisis nos indican que la prisión durante el proceso ha dejado de ser una medida extraordinaria y excepcional , para convertirse en una medida cautelar de uso frecuente, contradiciendo nuestra Constitución y los instrumentos internacionales firmados por México (La prisión preventiva está consumiendo demasiados recursos que serían determinantes en otras áreas prioritarias de la seguridad ciudadana y la justicia penal, como la prevención y el combate al crimen organizado).
Los procesados por fraude procesal, valga la redundancia, son personas de clase media o baja que son asimétricamente representados ante las leyes debido a la fortuna de los latifundistas, todos ellos con cuentas de seis cifras en el banco.
Por décadas, pero sobre todo en el Siglo XXI, los especuladores han utilizado este infundio, sea para correr a los inquilinos que deberían ser los primeros con opción a compra en el caso de una venta inmobiliaria o para correr a los porteros que han trabajado por años para ellos, sin ofrecerles una liquidación ajustada a la ley.
Como no hay jurisprudencia, los latifundistas siguen empleando alegremente este recurso para deshacerse de la gente que teniendo muy poco, acaba por no tener nada al enfrentar los enormes costos que representa liberarse de la prisión, con el riesgo de quedarse con antecedentes penales por delitos inventados.
Uno de estos casos debe ser decidido por estos días en la Sexta Sala penal de la Ciudad de México por la magistrada María de Jesús Medel, quien tiene elementos suficientes para observar que sí se cometió un delito de fraude procesal, pero este fue perpetrado por los acusadores y no por el acusado.

Más que resolver un caso particular, su decisión puede representar un precedente judicial esencial para evitar que la justicia siga siendo burlada.

¡Stop Trump!


La pretensión de Donald Trump de construir un muro en la frontera entre México y Estados Unidos  ha sido tomada con muy buen humor por algunos migrantes que le toman la palabra, siempre y cuando esa frontera sea la delimitada con los criterios anteriores a 1847, antes de la invasión armada.

Los tratados de Guadalupe Hidalgo mediante los cuales se legitimó el despojo  de casi dos millones de kilómetros cuadrados, son un fraude procesal  a gran escala toda vez que un contrato es la expresión de la libre voluntad de las partes y en este caso México estaba militarmente ocupado.
Este es uno de los temas que aborda el trabajo de Federico Campbell Peña ¡Stop Trump! Una monografía de la campaña presidencial del magnate Donald Trump, enojado con México, entre otras cosas, porque no se le permitió construir en playas que son del dominio federal, para lo cual se quiso valer de diversas argucias y prestanombres que le permitirían justamente ejercer el fraude procesal.
La monografía de Campbell  Peña es un esfuerzo conjunto de un comité binacional, México Estados Unidos, que no niega sus objetivos desde el nombre, parar a Trump antes de que eclosione el huevo de la serpiente que representaría su asunción presidencial.

El objetivo de Campbell Peña no es económico, sino político, de manera que su trabajo puede ser adquirido por sólo 99 centavos de dólar a través de Amazon.


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