La última mentira de Gómez Leyva

Era tal el afán de deslinde, de mostrarse como realmente críticos, de algunos conductores de tercer grado, que en la entrcvista con Enrique Peña Nieto, alguno estuvo cerca de lo patético.

Ciro Gómez Leyva le afirmó al candidato presidencial del PRI, que él era el centro de las críticas de las redes sociales y de las manifestaciones de protesta. Falso, el centro es la protesta por la manipulación de los medios de comunicación y por el uso de las encuestas como herramienta para desalentar el voto, con el argumento de que no hay nada que se pueda cambiar, porque la elección ya está decidida.

Gómez Leyva sabe perfectamente que si la gente vota, Peña Nieto pierde, pero es cuidadoso de no mencionarlo.

Carlos Marín ataca a Peña Nieto acusándolo de cosas que no son responsabilidad directa suya, como el comportamiento chantajista de Antorcha Campesina. ¿A que viene acusar al político mexiquense de los bloqueos que afectan sobre todo al periódico milenio porque a Carlos Marín no le gusta viajar en metro?

Víctor Trujillo es el único que cuestionó con inteligencia y dio nombres ¿Como vas a representar a un PRI joven con gente como Gamboa Patrón, le espetó a riesgo de poner en entredicho a la telebancanda impuesta por televisa, tema conscientemente eludido por la dupla  Gómez Leyva y Marín.

Dennise Maercker, como siempre inteligente y mesurada. Ella es quien es y no se pone camisetas de crítica improvisada, solo para seguir las pautas de la nueva instrucción de relaciones públicas de Televisa.

¿Estarías de acuerdo con que un civil dirigiera las Fuerzas Armadas? Fue una pregunta tan regalada que hasta las pocas luces de Peña Nieto alcanzaron para iluminarlo sin problema alguno ¿Que no el comandante supremo de las fuerzas armadas siempre ha sido un civil? No ha sido así por lo menos desde los años posteriores a la II Guerra Mundial y durante casi todos los gobiernos priistas.

Cabe mencionar que el general Cárdenas no fue priista, como a veces se quiere hacer creer. La corrupción de la Revolución llegó después, con el contratismo a civiles y generales. Más o menos desde Miguel Alemán y hasta Peña Nieto, cuyos aviones le son prestados por sus contratistas, a cambio de futuros negocios, un tema que los falsos inquisidores de Peña Nieto tampoco abordaron, porque eso sí es una cuestión de fondo. (Ramsés Ancira)

Comentarios

Entradas populares