Google Maps no es un dios


Diario de un Reportero

Ramsés Ancira

Google Maps no es un dios


La distancia más corta entre dos puntos no es la línea recta cuando se trata de las carreteras mexicanas, a menos que se trate de la distancia que separa la vida de una mujer de 25 años a la muerte.

No es la primera vez que consultar Google Maps causa un asesinato. Carlos Miguel Salazar Ramonet era comandante de la Octava Zona Naval Militar con sede en Puerto Vallarta, Jalisco. Después de pasar un fin de semana con su esposa regresaba a trabajar cuando encontró un bloqueo en una caseta de cobro a la altura del municipio de Ecuandareo, Michoacán.

El oficial de marina no podía darse el lujo de no llegar a tiempo a su trabajo, de manera que consultó el GPS de Google Maps y vio que había un atajo. Como lo muestra el documental Tierra de Cárteles, nominado al Oscar, en Michoacán las mismas personas que visten uniformes de la policía rural cocinan metanfetaminas en rancherías del estado. No ha sido tampoco inusual que militares se asocien con grupos de narcotraficantes para transportar marihuana en la entidad.

La escena de la preparación de anfetaminas, filmada en Tierra de Cárteles debió haber sido realizada  por esas mismas fechas:  el comandante de la Marina  que consulto el sistema de posicionamiento global que lo llevó a la muerte, fue asesinado el 28 de julio de 2013.

La camioneta donde viajaba no estaba blindada porque no estaba en misión oficial, solo regresaba de tomar un descanso en la Ciudad de México. No se molestaron los criminales  en averiguar quien viajaba en ella; nunca fueron agredidos, solo dispararon sobre el vehículo. Salazar Ramonet, dice una de las versiones, quiso proteger con su cuerpo el de su esposa, lo consiguió a costa de su vida y la de su escolta.

En diciembre de 2015 unos amigos manifestaron su intención de ir de viaje a Ixtapa-Zihuatanejo, lo harían por tierra, puebleando, pues no hay mejor manera para conocer un país.  Consultaron Google Maps que informó que la ruta más corta desde el Distrito Federal (todavía se llamaba así) era por Toluca y Ciudad Altamirano. 6 horas y 48 minutos, en lugar de las 7 con 51 minutos que representaba la autopista a Acapulco. Además, mucho más barato.

Como periodista, sin embargo, estoy acostumbrado a no confiar en una sola fuente. En la página Trip Advisor, aparece esta leyenda: 3 - Via Toluca-Ciudad Altamirano: La peor ruta de todas. Solo la nombro para comentar que hay otro camino. Pero no recomendaría utilizarla salvo una catástrofe natural que no permita ir por alguna de las otras dos opciones de arriba.

En respuestas de Yahoo a la pregunta de cómo llegar a Ixtapa-Zihuatanejo aparece lo siguiente:

Jamás vayan por toluca a zihuatanejo;, esta peligroso y llena de narcos! Tuve la mala experiencia donde se bajaron unos narcos con ak47 en las manos apuntado me.
En un tramo de 4 horas ni una patrulla vi, y esta super vacía. No vayan por la ruta como dice el google maps y gps porfavor. Ojoooo. (
Sic)

Pero seguramente esta advertencia no fue leída por la pareja de jóvenes empleados del Seguro Social. Peor aún, viajaron de noche y todavía más grave, en un auto caro. Obvio no querían arriesgarse a una descompostura en el camino.

El medidor de distancias de Google Maps no tiene por qué advertir de narcos, complicidades o incumplimiento del operativo Tierra Caliente. Sólo cuenta kilómetros.



Una luna de miel sangrienta fue el resultado. En México los narcotraficantes y sus protectores, quienes quiera que sean, no se toman el tiempo de pensar nada. Primero disparan. Así ocurrió con el oficial de marina en julio de 2013, como con los lunamieleros del 2016

En estos días se conmemora el 44 aniversario del asesinato de Genaro Vázquez Rojas. La culata del rifle de un soldado le hundió el cráneo. Por esos mismos tiempos un militar, Acosta Chaparro poseía tierras en Guerrero donde se sembraba amapola.

Nadie culparía a la institución llamada Ejército Nacional de complicidad con el narcotráfico, pero algo debe estar pasando para que el operativo Tierra Caliente sea un completo fracaso, la ineptitud de algunos mandos o la participación activa de otros. Tampoco  parece haber voluntad de los mandos civiles por dilucidar este problema.

Tampoco es que sea fácil. Demasiada desconfianza y división existe entre los mexicanos, para que los mandos civiles quieran ofender a los que tienen la concesión legítima y constitucional del uso  de las armas. La mejor solución parece ser el mando único en los estados, al menos así habría menos cabos sueltos en las negociaciones con el crimen organizado. (Someterlo por completo, está históricamente probado, es poco menos que imposible)

La tecnología es una extraordinaria auxiliar. Los satélites pueden captar casi todos los plantíos de amapola, pero se necesitan hombres en tierra que analicen y elaboren logísticas, no sólo de combate, sino para ofrecer empleos y fuentes de trabajo ahí donde se sabe que manda el crimen. Como lo saben muchos viajeros que no confían en la ruta  GPS de Toluca y Ciudad Altamirano para llegar a Ixtapa-Zihuatanejo.

Como no lo sabía el trabajador por la salud pública que en lugar de luna de miel, padeció de una luna sangrienta.

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