JOSÉ CABRERA PARRA
COMENTARIO A TIEMPO
Por Teodoro Rentería Arróyave
Para martes 15 de febrero de 2011
En los últimos 49 días hemos tenido que afrontar el dolor de la partida física de 5 distinguidos colegas y grandes amigos quienes dejaron honda huella y ahora el inevitable y permanente hueco de la profundidad editorial de sus aportaciones periodísticas, el 26 de diciembre se inició esta despedida fatal con Raúl Durán Cárdenas, seguida de Vicente Oria Razo, Fernando González Mora, Jacobo Moret y este 12 de febrero con José Cabrera Parra.
Faltaban escasos minutos para que llegará el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, que distorsiona la exagerada comercialización, cuando sendas llamadas de los hijos, Gustavo y Teodoro, me prepararon para recibir la impactante noticia del deceso de Pepe Cabrera. Las exequias habían concluido, al reportero le llegó tarde la información, pero no para derramar una lagrima y recordar al camarada de tantas y tantas complicidades. La última vez que nos vimos fue en una fiesta de un común amigo, él escogió sentarse con nosotros, toda la noche se la pasó sobre todo en platica son Silvia, no sólo en el recuerdo sino en la polémica, su fuerte, de la realidad del país.
De inmediato me metí en la red, encontré dos referencias de José Cárdenas en su cuenta de twitter y el sentido artículo de Ramón Ojeda Mestre, titulado: José Cabrera Parra, QEPD, donde cariñoso hace un panegírico de él y se refiere a la capacidad que tuvo para hacer amigos, me presentó “amigos a montones”, recuerda, en nuestro caso, creo que yo lo presenté a Pepe y tuvo la capacidad de mantener su amistad. Agrega que su padre, Ramón Ojeda Jiménez le inculcó el periodismo, “pero fue sin duda Pepe Cabrera junto con Rentería y Durán de Huerta los que me enseñaron el oficio editorial”, nada de eso, pero que bien que salió muy bueno, por aquello de las reclamaciones.
Pepe me dejó incontables recuerdos, sobre todo en los años juveniles, cuando se fragua el porvenir. Asistía a la casa paterna, yo soltero, el ya casado. Se armaba la bohemia en una familia en la que, el que no tocaba la guitarra sacaba notas de la mandolina, del violín, del piano e inclusive del contrabajo y Pepe cantaba fenomenal, y como no, si era alumno de la eximia Fanny Anitúa, bueno, ahí en la academia de canto conoció a la muy querida sobrina nieta de la diva, Fanny con quien casó. A Pepe, lo recuerdo rigorista en todo, iniciaba “El Jibarito” de Rafael Hernández, y se interrumpía en las primeras notas:
“Teodoro, no sale, no sale”, le contestaba “cómo que no sale” y salía con esa voz de tenor lírico y se venía el aplauso.
Como un homenaje a su memoria, primero dejó constancia de que en cierta forma se apresuró mi matrimonio son Silvia, en aquel tiempo a la novia no le permitían llegar tarde a casa: Pepe y Fanny nos insistían: ya cásense y así podemos disfrutar las dos parejas, ello no obstante que ya eran papás; además a continuación reproduzco lo publicado en las páginas 55 y 56 de nuestro libro, “Mi Vidas Son Mis Amigos, una historia de los noticiarios en México”, Editorial de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, que refleja la perspicaz inteligencia de la que siempre hizo gala el amigo Cabrera:
“Pepe fue síndico del ayuntamiento de Cuernavaca, inclusive sin haber cumplido la edad mínima exigida entonces. En el periodo 1955-1968 el estado de Morelos era gobernado por el general Norberto López Avelar quien, una vez, con motivo de la visita del presidente Adolfo López Mateos para inaugurar las obras de remozamiento de Cuernavaca, le pidió que revisara su discurso para la ocasión porque, le argumentó, “al fin que usted presume de intelectual”.
Cabrera Parra leyó el mensaje y con mucha formalidad le dijo al gobernador: “Todo está muy bien con excepción de la frase Señor presidente, le pido que inaugure la nueva fisonomía de Cuernavaca, “¿Por qué?”, preguntó el gobernador. “Pues porque fisonomía es una palabra en primera persona y en este caso deber ser en tercera, es decir, no mía, sino suya; debe usted decir fisonosuya”.
El gobernador que no era muy ducho en gramática, sospechó algo y le dijo a Cabrera: “No me tizne, Pepe”, a lo que el joven funcionario le sugirió que lo consultara con los verdaderos intelectuales que ahí se encontraban, López Avelar, temeroso de hacer el ridículo, no preguntó a nadie más y en plena y solemne ceremonia le espetó al presidente López Mateos la palabrita, con la consecuente y poca discreta reacción sarcástica de los presentes y del propio mandatario.
Pepe Cabrera estaba en problemas; había que salvarlo de la ira del militar gobernante, y fue el gran internacionalista don Isidro Fabela quien le ayudó escondiéndolo en la cajuela de su automóvil para luego llevarlo a la ciudad de México. Allí lo tuvo oculto hasta que lo recomendó con “El Bachiller” Álvaro Gálvez y Fuentes porque supuso que haciéndolo periodista lo blindaba de la
ira del gobernador burlado.”El Bachiller” nombró reportero de INFORMEX al hasta entonces síndico y, así, el bromista Pepe Cabrera Parra se volvió un gran informador”.
Ahora, completo el pensamiento: seguramente el país perdió a un buen político pero ganó un excelente y analítico periodista, cuya aportación ahí queda en artículos, ensayos, libros y poemas. Por eso José Cabrera Parra vivirá siempre. En el éter encontrará a su Fanny. Un fuerte abrazo a sus hijos José, Bernardo y a sus nietos.
Periodista y escritor. En teodoro@libertas.com.mx y felapvicemex@hotmail.com agradeceré sus comentarios y críticas. En vivo, de lunes a viernes a las 20:00 horas, tiempo del centro, en las frecuencias en toda la República de Grupo Radio Fórmula. En la ciudad de México, en el 14 70 de A. M. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.mx, www.clubprimeraplana.com.mx
Por Teodoro Rentería Arróyave
Para martes 15 de febrero de 2011
En los últimos 49 días hemos tenido que afrontar el dolor de la partida física de 5 distinguidos colegas y grandes amigos quienes dejaron honda huella y ahora el inevitable y permanente hueco de la profundidad editorial de sus aportaciones periodísticas, el 26 de diciembre se inició esta despedida fatal con Raúl Durán Cárdenas, seguida de Vicente Oria Razo, Fernando González Mora, Jacobo Moret y este 12 de febrero con José Cabrera Parra.
Faltaban escasos minutos para que llegará el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, que distorsiona la exagerada comercialización, cuando sendas llamadas de los hijos, Gustavo y Teodoro, me prepararon para recibir la impactante noticia del deceso de Pepe Cabrera. Las exequias habían concluido, al reportero le llegó tarde la información, pero no para derramar una lagrima y recordar al camarada de tantas y tantas complicidades. La última vez que nos vimos fue en una fiesta de un común amigo, él escogió sentarse con nosotros, toda la noche se la pasó sobre todo en platica son Silvia, no sólo en el recuerdo sino en la polémica, su fuerte, de la realidad del país.
De inmediato me metí en la red, encontré dos referencias de José Cárdenas en su cuenta de twitter y el sentido artículo de Ramón Ojeda Mestre, titulado: José Cabrera Parra, QEPD, donde cariñoso hace un panegírico de él y se refiere a la capacidad que tuvo para hacer amigos, me presentó “amigos a montones”, recuerda, en nuestro caso, creo que yo lo presenté a Pepe y tuvo la capacidad de mantener su amistad. Agrega que su padre, Ramón Ojeda Jiménez le inculcó el periodismo, “pero fue sin duda Pepe Cabrera junto con Rentería y Durán de Huerta los que me enseñaron el oficio editorial”, nada de eso, pero que bien que salió muy bueno, por aquello de las reclamaciones.
Pepe me dejó incontables recuerdos, sobre todo en los años juveniles, cuando se fragua el porvenir. Asistía a la casa paterna, yo soltero, el ya casado. Se armaba la bohemia en una familia en la que, el que no tocaba la guitarra sacaba notas de la mandolina, del violín, del piano e inclusive del contrabajo y Pepe cantaba fenomenal, y como no, si era alumno de la eximia Fanny Anitúa, bueno, ahí en la academia de canto conoció a la muy querida sobrina nieta de la diva, Fanny con quien casó. A Pepe, lo recuerdo rigorista en todo, iniciaba “El Jibarito” de Rafael Hernández, y se interrumpía en las primeras notas:
“Teodoro, no sale, no sale”, le contestaba “cómo que no sale” y salía con esa voz de tenor lírico y se venía el aplauso.
Como un homenaje a su memoria, primero dejó constancia de que en cierta forma se apresuró mi matrimonio son Silvia, en aquel tiempo a la novia no le permitían llegar tarde a casa: Pepe y Fanny nos insistían: ya cásense y así podemos disfrutar las dos parejas, ello no obstante que ya eran papás; además a continuación reproduzco lo publicado en las páginas 55 y 56 de nuestro libro, “Mi Vidas Son Mis Amigos, una historia de los noticiarios en México”, Editorial de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, que refleja la perspicaz inteligencia de la que siempre hizo gala el amigo Cabrera:
“Pepe fue síndico del ayuntamiento de Cuernavaca, inclusive sin haber cumplido la edad mínima exigida entonces. En el periodo 1955-1968 el estado de Morelos era gobernado por el general Norberto López Avelar quien, una vez, con motivo de la visita del presidente Adolfo López Mateos para inaugurar las obras de remozamiento de Cuernavaca, le pidió que revisara su discurso para la ocasión porque, le argumentó, “al fin que usted presume de intelectual”.
Cabrera Parra leyó el mensaje y con mucha formalidad le dijo al gobernador: “Todo está muy bien con excepción de la frase Señor presidente, le pido que inaugure la nueva fisonomía de Cuernavaca, “¿Por qué?”, preguntó el gobernador. “Pues porque fisonomía es una palabra en primera persona y en este caso deber ser en tercera, es decir, no mía, sino suya; debe usted decir fisonosuya”.
El gobernador que no era muy ducho en gramática, sospechó algo y le dijo a Cabrera: “No me tizne, Pepe”, a lo que el joven funcionario le sugirió que lo consultara con los verdaderos intelectuales que ahí se encontraban, López Avelar, temeroso de hacer el ridículo, no preguntó a nadie más y en plena y solemne ceremonia le espetó al presidente López Mateos la palabrita, con la consecuente y poca discreta reacción sarcástica de los presentes y del propio mandatario.
Pepe Cabrera estaba en problemas; había que salvarlo de la ira del militar gobernante, y fue el gran internacionalista don Isidro Fabela quien le ayudó escondiéndolo en la cajuela de su automóvil para luego llevarlo a la ciudad de México. Allí lo tuvo oculto hasta que lo recomendó con “El Bachiller” Álvaro Gálvez y Fuentes porque supuso que haciéndolo periodista lo blindaba de la
ira del gobernador burlado.”El Bachiller” nombró reportero de INFORMEX al hasta entonces síndico y, así, el bromista Pepe Cabrera Parra se volvió un gran informador”.
Ahora, completo el pensamiento: seguramente el país perdió a un buen político pero ganó un excelente y analítico periodista, cuya aportación ahí queda en artículos, ensayos, libros y poemas. Por eso José Cabrera Parra vivirá siempre. En el éter encontrará a su Fanny. Un fuerte abrazo a sus hijos José, Bernardo y a sus nietos.
Periodista y escritor. En teodoro@libertas.com.mx y felapvicemex@hotmail.com agradeceré sus comentarios y críticas. En vivo, de lunes a viernes a las 20:00 horas, tiempo del centro, en las frecuencias en toda la República de Grupo Radio Fórmula. En la ciudad de México, en el 14 70 de A. M. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.mx, www.clubprimeraplana.com.mx
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