Manuel Camacho Solís, tres veces traicionado

El cáncer también es producto de la enfermedad del alma.

Creo que Manuel Camacho Solís fue un político honesto. Él mismo me dijo que fundó el Partido del Centro Democrático como un seguro de vida pues estaba convencido de que Carlos Salinas de Gortari, o quizá Raúl Salinas querían matarlo.

Por esos años, muchas veces citó a conferencia de prensa donde anunciaba que haría una declaración espectacular y luego se arrepentía, por lo que perdió credibilidad. No alcanzó el 3 por ciento de los votos que necesitaba para conservar el registro del PCD en las elecciones del año 2000. En ese momento la prioridad de los electores era sacar al PRI de Los Pinos y no había oportunidad para un partido que pudiera hacer el papel de esquirol.

Fue el primer funcionario de alto nivel que me aceptó una entrevista para el noticiario Enfoque de Stereo 100. Él era Jefe de Gobierno del aún Departamento del Distrito Federal y estábamos en la década de los 90 s. Llegó manejando su propio auto y lo estacionó frente al número 68 de la calle de Darwin. Yo no conocía a ningún otro político del PRI capaz de viajar sin escoltas en la Ciudad de México.

Tiempo después, debió ser en 1999, hice un reportaje con Marcelo Ebrard en la oficina de la tesorería ubicada en San Borja y Universidad. Estaba convencido de que el gobierno de la Ciudad no quería cobrar impuestos pues era una tortura pagar. Su esposa lo llevó al lugar donde concertamos la entrevista y él se iba a regresar en taxi. Ebrard, a pesar de haber acompañado a Manuel Camacho Solís como secretario de Gobierno del DF no robó, lo que era insólito entre funcionarios priistas.

En la película Colosio se sugiere que su asesinato fue ordenado, o al menos protegido por José Córdoba Montoya y Raúl Salinas porque "las puertas de los Pinos se abren desde adentro". El candidato presidencial Luis Donaldo Colosio se negaba a acudir a las reuniones de negocios en las que participaban altos funcionarios y empresarios para decidir contratos de obra pública.

Poco después de ver la película, - ya en Netflix, porque no la pude ver en el cine- le pregunté a Manuel Camacho Solís, en el Senado, qué le había parecido la cinta: "Una buena fantasía", me respondió.

- "¿No fue usted uno de los asesores de los guionistas?", insistí, "hay información que sólo pudo ser revelada desde adentro".

- No -me respondió lacónico- y calló sumiéndose en una visible melancolía.

Manuel Camacho Solís se formó en una época en que los políticos estudiaban en la universidad pública. Debió ser de la minoría de alumnos en la UNAM que llevaban coche y vestían bien. Por eso los otros alumnos llamaban a su grupo "Los Toficos". Así se promocionaban en un programa de televisión infantil, conducido por Chabelo y Ramiro Gamboa unos dulces, Los Toficos, con un eslogan que decía "Huy... que ricos".

Manuel Camacho Solís fue estudiante de la UNAM por los mismos años en que en Chiapas todavía se transportaban los hacendados a lomo de indio, en palanquines. Formó un pacto con otros estudiantes, entre los cuáles se encontraba Carlos Salinas de Gortari, para alcanzar el poder en México y luchar contra la miseria extrema. En 1994 Manuel Camacho Solís, como jefe de gobierno del Distrito Federal, no había dado buenos moches al gobierno federal. Dilapidó el presupuesto en reconstruir cientos de edificios de vivienda que se requirieron tras los sismos de 1985. No podía ser presidenciable, no convenía a los intereses de Mr. Ten percent.

Apagó los fuegos que encendió el Ejército Zapatista. Cuenta la leyenda que parte de lo que obtuvo el Gobierno del Distrito Federal por ingresos de estacionamientos Copemsa llegó a Chiapas. Durante su jefatura de gobierno, cuando la Ruta 100 se puso en huelga, Camacho Solís obtuvo el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional para usar transportes militares para el transporte público.

Después de 1995, uniformes que estaban destinados a los choferes de Ruta 100, la línea de transporte público del Gobierno del Distrito Federal en tiempos de Manuel Camacho, fueron portados por miembros del Ejército Zapatista. Manuel Camacho Solís, un hombre que quiso a México y lo quiso mejor, ha muerto. Cuando fue jefe de gobierno quedó viudo.

Al sepelio de su entonces esposa llegaron personas de todos los partidos a darle sinceras condolencias. Camacho Solís fue el personaje más conocido en México entre los que se vieron afectados por el rotavirus A1H1. Ahora resulta que tenía cáncer. En contraste con lo que ocurrió en el sepelio de su esposa, ahora poca gente del PRI en su funeral.

Al mismo tiempo Adrián Rubalcava se preparaba para competir como delegado de Cuajimalpa, con el apoyo explícito y público de Raúl Salinas de Gortari. En Cuajimalpa se encuentra Santa Fé. En Santa Fé se hallaba uno de los basureros más grandes de México y fue convertido, en tiempos de Manuel Camacho y Marcelo Ebrard, en la zona de mayor plusvalía en Norteamérica. Si, incluidos los precios de Miami Beach, y en algún momento los de Manhatan.

Manuel Camacho Solís fue traicionado por Carlos Salinas, por Andrés Manuel López Obrador y al final de su vida por el PRD, a punto de perder el predominio político que él les entregó en la Ciudad de México. Un capital político que empezó a construir con la reconstrucción de una ciudad desbastada por el terremoto sin quedarse para sí las comisiones acostumbradas en todas las obras públicas.

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