LAS MASACRES DE SAN FERNANDO, Y MACHETE



 15 de julio de 2013 

La Secretaría de Gobernación dio a conocer la captura de Miguel Ángel Treviño Morales. Atención, la Secretaría de Gobernación, en voz de Eduardo Sánchez, no la Defensa, no la Procuraduría General de la República o la Marina. Era lo correcto porque para lograrlo se tuvo la colaboración de una de las mejores policías federales del planeta, el FBI, concretamente del agente Art Fontes.

Como podrá deducir el lector por lo que se leerá líneas adelante, la captura de Treviño representaba para México lo que para Israel hubiera sido la captura vivo de Adolfo Hitler o para Estados Unidos la de Osama Bin Laden. Si lo que se había informado durante el gobierno de Felipe Calderón era cierto, el también llamado Z-40 era responsable de las masacres de San Fernando, que sumaron cientos de asesinatos particularmente bestiales, no sólo la de 72 migrantes salvadoreños, hondureños, guatemaltecos y hasta de un brasileño, sino otros posteriores, donde las víctimas fueron el pasaje completo de varios autobuses de Ómnibus de México.

Si con Hitler no sólo fueron los judíos quienes fueron llevados a los campos de concentración, sino también los gitanos, los homosexuales y los comunistas, las víctimas de Lazcano fueron niños de brazos, ancianos, adolescentes y mujeres, además de personas de distintas nacionalidades. Por cantidad y variedad, los crímenes del Z-40 serían comparables a los de la escuela de niños pakistaníes, a las masacres de Sabra y Chatila, al genocidio de Kosovo y a las víctimas de todos los aviones que se estrellaron en las torres gemelas. Sólo con lo peor del horror se podrían equiparar los crímenes de este ex militar quien tenía excelentes contactos en Estados Unidos, tanto como para criar y correr caballos Pura Sangre en ese país. De este, Lazcano Treviño, que aún tiene tatuado en un brazo una cobra, y en la espalda la leyenda Hecho en México.

Ya hemos citado aquí la nota de la Wikipedia, llamada La Segunda Masacre de San Fernando. Reproduzco aquí algunos datos. Fue un asesinato de al menos 193 personas. Cabe mencionar que la activista Isabel Miranda de Wallace afirma que la cifra de muertos rebasa los 500, pero que el gobierno estatal de Tamaulipas, supuestamente ha prevenido que esta información se difunda. Hasta aquí los datos enciclopédicos. Los detalles que se filtraron en las redes sociales son aún más escalofriantes Hablan de que en abril de 2011, solo por diversión, fueron detenidos los camiones de pasajeros, seleccionaron a hombres, mujeres y niños de brazos, los separaron. A los pequeños los disolvieron en ácido, a las mujeres las violaron antes de matarlas y a los hombres les entregaron mazos de acero y los obligaron a pelear para liquidarse entre ellos. Un joven de unos 15 años que no pudo controlar el susto y un hombre mayor que ofreció todo el dinero que tenía para para no tener que matar a nadie fueron acribillados por la espalda directamente por Lazcano.

La versión que circuló en las redes no daba la fuente, podría ser uno de los secuestrados que fue obligado a defender su vida matando a otros. Tenemos el derecho de negarnos a creer que sea cierta, pero cualquiera que haya sido la forma en que mataron a los cientos de pasajeros de los camiones de Ómnibus de México por fuerza debió ser espantosa.

No es noticia que deba sorprendernos la revelación de que la policía municipal de San Fernando haya participado en la primera masacre, la misma Wikipedia ya reportaba desde antes que el 14 de abril de 2011 fueron detenidos y desarmados 16 oficiales de policía de San Fernando. Si los datos que entregó la Procuraduría General de la República a petición del IFAI fueras nuevos habría que denunciar a la institución por dosificar la información, la verdad es que ya los había dado la entonces procuradora Marisela Morales y según la Wikipedia fueron publicados en su momento por Milenio Diario y el portal de Noticias de AOL. Lo que sí es de sorprender es que el gobierno de Felipe no haya ordenado un operativo federal tras la Primera Masacre, la de migrantes, en agosto de 2010, y eso facilitó la segunda, mayoritariamente de mexicanos en abril de 20111 Lo que sí podría constituir algo novedoso es que según el periodista de investigación José Reveles, estas masacres no fueron espontáneas, ni una ocurrencia de zetas aburridos, sino que fueron financiadas por grupos de extrema derecha de Estados Unidos. La participación de la policía federal de ese país en las investigaciones, así como del legendario agente del FBI Art Fontes en la captura del Z-40 ligaría esta hipótesis.

23 de diciembre de 2014

En los servicios de cine en línea se puede encontrar Machete, una película que clasificarían los expertos como guiñolesca, tarantinesca y sanguinolenta. No le vamos a echar a perder la trama si le adelantamos que cuenta la historia de un legislador republicano aficionado a cazar indocumentados en la frontera y que para fomentar su política de cero tolerancia se hace disparar, de manera que pueda justificar un ascenso en la política luego de una limpieza étnica de mexicanos en la frontera. 

Ya fuera de la película, no pasará desapercibido al lector el extraordinario negocio que representa la paranoia para los republicanos, son sus empresas las que reciben los contratos para construir y electrificar muros en la frontera. Lo que si podemos anotar es que lo que se cuenta en Machete, del cineasta chicano Robert Rodríguez muy bien podría explicar que hay detrás de las masacres de San Fernando. Ojalá que el presidente Peña Nieto pueda aprovechar para ver la entretenida película en estos días de asueto. Aquí los mexicanos le ganan a los gringos. Le garantizamos que será un excelente tema de conversación para romper el hielo y empoderarlo en su visita a Barack Obama del 5 y 6 de enero. Si es así, la información que pueda obtener sobre la participación de estadounidenses en la Primera y Segunda Masacre de San Fernando, será el mejor regalo informativo de reyes que podamos obtener los mexicanos.

Comentarios

Entradas populares