¡Que mal está Guerrero!

Por Ramsés Ancira 

Publicado originalmente en josecardenas.com y 

http://www.losangelespress.org/que-mal-esta-guerrero/


La maestra Consuelo Solís, viuda del profesor Genaro Vázquez Rojas, a quien el gobierno de Luis Echeverría Álvarez consideraba guerrillero porque rentaba películas para exhibirlas gratis en San Luis Acatlán, tiene un sueño: refundar al país con el modelo de organización cívica que  ha dado en la entidad desde que don Juan N Álvarez armó un ejército ciudadano para hacer la Independencia y, décadas más tarde, expulsar a Maximiliano.

Para llegar a tan altos ideales, quizá lo primero sería destituir a todos los responsables de caminos y puentes federales que tienen hechos un asco los baños de varias casetas de pago; a los que permiten que Costa Line tenga un servicio tan irregular, y a los delegados de PROFECO que no clausuran las máquinas roba monedas que en la Terminal Camionera del Sur cobran 10 pesos para quitarle la poca energía que les queda, a los teléfonos de los incautos que quieren recargar sus celulares.

La noche del último viernes de enero me preparo para un intempestivo viaje a la Costa Chica de Guerrero, donde se reunirán las condiciones para la filmación del documental Genaro, en el 43 aniversario de su asesinato a manos de un grupo de soldados que le hicieron estallar las vísceras a golpes, después de un accidente automovilístico, cuando huía por carreteras michoacanas.

Genaro Vázquez Rojas fue el ocupante más afectado por el choque. Sus compañeros abandonaron el vehículo y fueron a pedir ayuda, cuando regresaron el auto estaba rodeado de soldados. Una semana después, cuando recuperaron el cadáver, tenía sólo un golpe mortal, el de la culata de un rifle que le hundió el cráneo.

A diferencia de Lucio Cabañas, quien sí era egresado de Ayotzinapa, Genaro Vázquez Rojas, quien estudió en San Cosme, en la Normal de maestros,  no mataba soldados porque “son hijos de nuestros parientes”.  

El secuestro más importante que realizó, el de un rector que quería ser gobernador de Guerrero, patrocinándose con los recursos de la Universidad, terminó no sólo con su liberación, ileso,  sino con el canje  de varios presos políticos, muchos de los cuales se refugiaron en La Habana.

Blanca, una de las mujeres que fue liberada por las fuerzas federales que comandaba un tal Nassar Haro, relata que cuando la torturaban con la amenaza de una violación tumultuaria, siguió el consejo de Genaro: Háganme lo que quieran, yo ya estoy muerta, y los muertos no hablan. Luego se desmayaba. En una de las ocasiones en que despertó se enteró que Vázquez Rojas ya había secuestrado a alguien más para negociar su liberación.

Pero, antes de escuchar estos testimonios,  me encuentro aún en los pasillos de la Central Camionera del Sur, en la Ciudad de México, con frío, intoxicándome con los vapores del combustible de los camiones de Costa Line que tienen salidas marcadas para las 10 de la noche del viernes, cuando ya son casi los primeros minutos del sábado. En el ínterin camino hacia los andenes donde se encuentran los autobuses de 3 Estrellas de Oro que salen puntuales, con personal limpio y amable, en un ambiente de cordialidad para los pasajeros. Me maldigo por mi inexperiencia como viajero.

Debí haberlo adivinado cuando me tardé 15 minutos en la fila de Costa Line para comprar mi boleto porque estaban dándole prioridad a llenar los camiones que iban a Chilpancingo. Ahora sé porque los de Ayotzinapa podían tomar camiones de esta línea, operan con horarios irregulares y con estaciones intermedias.

Del viaje no tengo queja, un operador gentil, una película camionera… al llegar a la estación de Acapulco si hay motivo para disgusto:  pago de cinco pesos para entrar a un baño saturado e insuficiente ¿El costo de mi boleto no debería incluir este servicio?

La taquilla de los camiones a Marquelia, en la  Costa Chica no abre sino hasta las 7, y el camión saldrá hasta las 9 y media. Me dirijo a la sala de espera, donde más tarde descubro que los baños son amplios y gratuitos, pero la policía no me deja pasar porque no tengo boleto comprado ¿y cómo lo voy a comprar si no hay taquilla?

Tampoco hay asientos para quienes esperan que algún familiar los recoja, algunos usan sus maletas como tales. Me lanzo a caminar por una avenida paralela a la costera. Compro un original atole de piña y me lo voy tomando. Afortunadamente no llevo una maleta pesada El Acabus, como se llamará a un transporte que cruzará el puerto, sigue en obras. De la estación Presidencia Municipal hasta “Cine Río”, pasando por “Michoacán” y llegar al Centro no encuentro un lugar abierto para sentarme a esperar.

De regreso, a las 7 veo un Toks. “Siéntese donde quiera” me dicen. Soy el primer cliente y lo hago sin pensar, pero luego más como reclamo que con hospitalidad, “No gusta una mesa más chica para que esté cómodo” Me niego a moverme. Intento ubicar unos datos en el Blackberry. Fracaso, el sistema sólo funciona pagándole un sobreprecio por navegación a Telcel.

Cuando regreso me entero por una placa que la estación de Costa Line en el parque Papagayo la estrenó el gobernador Ángel Aguirre… hijo de su ¿Cuánto se habrá llevado de comisión? pienso al considerar el mal servicio que he recibido en la terminal. Claudia Ruiz Massieu, la Secretaria de Turismo, debería viajar en camiones e ir al baño de todas las casetas de cuota. Quizá así…
La tumba de Genaro Vázquez Rojas. Foto: Ramsés Ancira
La tumba de Genaro Vázquez Rojas. Foto: Ramsés Ancira

La tierra de Genaro
En México cuando uno se acerca a una comunidad de más de 10 mil habitantes hay que pasar por varias villas con miseria. En los 35 minutos de recorrido desde Marquelia hasta San Luis Acatlán no encuentro ninguna, pero lo mejor: realmente me enferman las mantas del Partido Verde con imágenes pirata de circos extranjeros donde se maltratan animales. En la tierra de Genaro Vázquez no hay ninguna, tampoco del PRI, del PAN, del PRD o de ningún otro. Mi alma glorifica…

Pero nada es casual. SEMARNAT y otras dependencias habían autorizado a varias empresas a extraer arena del río. La comunidad se les opuso, encabezada por una sobrina nieta de Genaro Vázquez; por eso es uno de los pocos lugares del país donde no hay ráfagas de arena y corrientes pestilentes. En Michoacán, por ejemplo, este es el paisaje antes de llegar al bosque de las mariposas monarca. La descomposición del país, creo, empieza donde hay minas de arena, donde antes había bosques. Así ocurre también en Acahuacan, Estado de México, al final de la mancha urbana que no se detiene desde Naucalpan hasta Villa Nicolás Romero, pasando por Tlanepantla y Atizapán

Días más tarde devuelvo a Pilcaya a Armando Salgado, el fotoperiodista mexicano que documentó como los halcones disparaban a mansalva a las estudiantes de la Escuela Normal de Maestros, incluso a quienes no participaron en la marcha del 10 de junio de 1971.

Traigo una nueva hipótesis: años antes Genaro Vázquez cambió a la mesa directiva de la Normal, haciendo que fueran los alumnos de varios estados quienes se encargaran de vigilar los alimentos, los dormitorios y la administración. A los normalistas del Distrito Federal se les comisionó solo la actividad física y deportiva.

Hace varios días tengo la certeza de que Luis Echeverría no necesitaba ser agente de la CIA. Su megalomanía no sólo está documentada por sus largas jornadas de trabajo. Genaro Vázquez, igual que el ex presidente Lázaro Cárdenas del Río, compartía la filosofía de los movimientos cívicos. El presidente que organizó a los halcones no iba a dejar que subsistiera la autogestión de los normalistas, por eso, también, organizó la matanza que llegó hasta el hospital de urgencias donde se atendía a los heridos

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano  fue el único político de alto nivel que llegó a presentar su solidaridad hace 43 años tras el asesinato de Genaro Vázquez, no sólo eso, sino que llevó dinero para los gastos del sepelio.

Hace años está detenida una carretera que va desde las grutas de Cacahuamilpa a Pilcaya, de ahí podría hacerse un corredor ecoturístico hasta Taxco. También se podría descubrir una pirámide oculta por la vegetación, y con ello estallar el crecimiento económico de la región. Ninguna colaboración del gobierno federal con el estatal hace prever que esto ocurra por los próximos 20 años, así que el narco seguirá siendo la mejor opción para los pilcayenses que quieran una vida digna, aunque sea corta.


Guerrero puede ser la cuna del cambio que necesita el país, con más organización social y menos partidos, ha dicho la viuda de Genaro poco antes de que la policía comunitaria lanzara su grito de batalla que habla de “Una Patria Nueva… o morir por ella”.


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