ES LA HISTORIA, ENRIQUE
Diario de un
Reportero
Ramsés Ancira
No importa que tan apuesto luzca,
poco sirve lo grandioso que parezca el cartel que proclama en el Reino Unido “El
Día de México”; o las alabanzas de los capitalistas al presidente que con un “partido
minoritario” ha logrado imponer reformas que vencen las tradiciones. El peso de
la historia es demasiado, el viaje en carroza real al estilo Cenicienta, en
versión Walt Disney, funciona en las telenovelas pero ofende en la política de
un país donde el Partido Verde se gasta mil millones de pesos de nuestro dinero
y lo multan con el 5 por ciento. Donde sale tan barato robar.
“Las puertas de los Pinos se
abren desde adentro” contó Luis Donaldo Colosio que le decía Raúl Salinas de
Gortari para convencerlo de asistir a las reuniones en las que Carlos Hank González,
Joseph Marie Córdoba Montoya y otros políticos y empresarios se reunían, no
para discutir los grandes problemas nacionales, no para planear la forma de
mejorar la política social, sino para saber que negocios se podían hacer al
amparo del poder.
Colosio reveló que detestaba
acudir a estas reuniones y por eso, cuando lo mataron, nadie en su sano juicio
pudo creer la teoría del asesino solitario, por mucho que haya loquitos
fácilmente manipulables como pudo ser Mario Aburto. Además, porque nunca se
esclarecieron otros crímenes simultáneos y porque el dirigente del PRI en
Tijuana, Antonio Cano, había pedido expresamente que no hubiera policía local
en el acto celebrado en el estado entonces gobernado por el Partido Acción
Nacional. Tampoco se permitió a las autoridades locales participar en las
investigaciones posteriores.
JUEVES 22 de ENERO
The Economist publica el editorial El Pantano Mexicano con un subtítulo por demás significativo, No
entiende que no entiende. Días después Enrique Peña Nieto desmiente que
no entienda y declara en el extranjero que sí sabe que hay un clima de
desconfianza e incredulidad que atribuye a los crímenes en Iguala del pasado 26
de septiembre.
Sí sabe entonces Peña Nieto cual
es parte del problema.
Su gobierno detiene a La Tuta y
al Z-42. Antes ya lo hizo con el sanguinario Z-40 y eso sería bueno; pero lejos
de que esto contribuya a saber cómo le hicieron los zetas para asesinar a 72 migrantes y a los
pasajeros de autobuses de Omnibus de México (que fueron enterrados con todo y
camiones) lo que sucede es que no sólo se encierra a los presuntos genocidas, se
aísla en una prisión de máxima seguridad a la verdad que pudiera desentrañar los
crímenes más brutales que se han cometido en el planeta en el Siglo XXI, solo
comparables a los crímenes de guerra en Bosnia
Herzegovina, durante la última década del siglo pasado.
No sólo se dedicaban a las drogas
en Michoacán, también al chantaje a empresarios de todos los niveles, desde los
tortilleros hasta los concesionarios de canales de televisión por cable, desde
los limoneros hasta los aguacateros, pero también a los mineros que explotan el
cobre.
Para sacar el metal y venderlo en
China, La Familia requería llevar toneladas hasta la costa para poder
embarcarlos. Ahora mismo hay buques de carga chinos detenidos por cargas presuntamente
ilegales. Pero para esto, como para obtener los buldozers con los que
enterraron a las víctimas de las masacres de San Fernando se requiere la
participación de funcionarios locales y federales. Por las regiones donde
operaban muchos de ellos serían priistas.
Puede entenderse, aunque no
justificarse que el gobierno federal tema tocar a militares por los casos de
Tlatlaya y Ayotzinapa, aunque al menos en el primer caso sea obvio que no había
razones para fusilar a 15 personas que ya se habían rendido, por otra razón que
no fuera silenciarlos. Tampoco ha querido darnos explicaciones de porque los
soldados desalojaron a los normalistas de Ayotzinapa de una clínica privada de Iguala
cuando había un joven muriéndose. Abandonar a un moribundo es un delito no sólo
para militares, sino también para civiles.
Mientras tanto a Raúl Salinas sí
le abrieron desde afuera las puertas de su exoneración y de los millones de
dólares que depositó en Suiza con pasaportes falsos con el sello del Estado
Mexicano; y el líder legislativo del PRI,
Emilio Gamboa Patrón, opera para Peña Nieto a pesar de que está demostrado que
negociaba con particulares leyes federales, como la del juego (http://www.eluniversal.com.mx/nacion/142796.html).
Por si fuera poco no contamos con
una Fuerza Aérea policial que pudiera reaccionar con prontitud y eficacia
cuando ocurren crímenes de alto impacto, como pudieran ser los de diputados
federales o periodistas… ah y contra lo que hacen Podemos, en España o Syriza
en Grecia el argumento de venta que hace el secretario de Hacienda es que
también en 2016 habrá recorte del gasto público por lo que no habrá
infraestructura y seguirán las condiciones para mantenernos jodidos.
Cuatrocientos años antes de Cristo Platón describió la Oligarquía
como un modelo de Estado en el que sólo
importaban los cargos públicos y los lujos superficiales para unos cuantos. ¿Cómo los vestidos de diseñador
extranjero ostentados ahora por Angélica Rivera de Peña en Londres? Dijo también que la Oligarquía daba lugar a la
Democracia cuando el Partido de los Pobres se imponía al de los Ricos, entonces
nacía la Democracia, aunque esta también acababa corrompiéndose y cediendo el
paso a la Tiranía.
Según dice Platón en el libro
octavo de La República, para ser buen gobernante es necesario cultivar el
espíritu, sobre todo con la música, y el cuerpo con la gimnasia. Sabemos al
menos que el gobernador del Banco de México no sabe nada de esto último.
Y decía también Platón que los
defensores del Pueblo se asemejaban a los adoradores de un templo de Zeus que
comían carne humana. Les gustaba tanto que se convertían en lobos y acababan
depredando a los que antes defendían, así nacía otro modelo de gobierno: la Tiranía.
Hay que poner en duda, como lo afirma la propaganda del PRI, que ellos crearon
la UNAM y el Politécnico, pero en todo caso eso sería en el pasado porque ya no
construyen ciudades universitarias, ni vías férreas porque mantener los lujos
de los priistas y los excesos de su socio Verde, cuesta más caro que reforestar bosques o limpiar ríos.
Son nuestros hombres lobo del Siglo XXI.
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