Periodismo ¿extremo?

  Francisco Gómez Maza

Asesinatos y desapariciones, sin resolver
Y sin un marco jurídico de protección
mEl ejercicio del periodismo es muy atractivo para muchas jovencitas y jovencitos que están por decidir qué camino deberán seguir en la vida. No saben que es un apuesta poco productiva para vivir una vida digna; implica una despiadada explotación de parte de muchas empresas; ha sido copada por individuos que, como decíamos ayer, se vuelven “periodistas” y le restan espacios a los periodistas de profesión, y, entre muchas otras zonas grises, implica graves riesgos. Hay una populosa oferta de trabajo y una exigua demanda. Los medios las prefieren mujeres, porque creen que éstas no son exigentes en cuanto a condiciones laborales. Les pagan una miseria por estar disponibles las 24 horas. Y en general no hacen carrera en el medio. Hay una crisis de empleo en el ambiente periodístico.
Además, en tiempos de guerra la del periodismo se ha convertido en una profesión extrema. De altísimo riesgo, empezando con los no escritos límites que los poderes institucionales y fácticos imponen al ejercicio de la libertad de expresión. Los periódicos escritos y electrónicos no pueden informar de todo. Hay asuntos vedados, amén de que los medios mismos se imponen mecanismos de autocensura; en algunos casos, explicable, pero en la mayoría sólo para no perder los privilegios de toda índole.
Pero sea lo que fuere, el periodismo es una actividad que un periodista no les sugeriría a sus hijos como modo de vida y como vía para el desarrollo profesional. El periodista de verdad vive una vida llena de limitaciones económicas. Vive en la pobreza. Los sueldos y salarios no resuelven el problema de un trabajador de la prensa. Y de ribete, los riesgos de persecución, de represión, de desaparición y de muerte.
De acuerdo con los registros de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap) y la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex), 111 periodistas y 8 trabajadores de la prensa (119) fueron asesinados de 1983 a la fecha. En esta última década son 83 los periodistas asesinados y 13 permanecen desaparecidos más siete no identificados. (Ver analisisafondo).
En su convención de San Diego, California, del 6 al 9 de abril, la Comisión Contra la Impunidad de SIP (un gremio periodístico empresarial) denunció que desde su último reporte, hace seis meses, han sido asesinados tres periodistas en México, cuyos homicidios permanecen sin resolver, y uno más está desaparecido.
El presidente de la Comisión, Juan Francisco Ealy Ortiz, informó que, desde la anterior reunión en Mérida, han muerto asesinados en México los periodistas Rodolfo Ochoa Moreno, José Luis Cerda Meléndez y Luis Emmanuel Ruiz Carrillo. La SIP finalizó su evaluación semestral sobre la situación de la libertad de prensa en las Américas, tras realizar del 6 al 9 de abril de 2011 su reunión de medio año en San Diego, en la que los delegados ratificaron importantes conclusiones en materia de libertad de prensa y crímenes contra periodistas.
No obstante que México viene siendo considerado como la nación más riesgosa para el ejercicio del periodismo, afirmación que parece eslogan publicitario, pero que es una realidad, las reiteradas promesas de distintos presidentes de la república para federalizar estos crímenes no se han cumplido y continúan sin ser consideradas por el Congreso.
En su reunión de San Diego, la Sociedad Interamericana de Prensa resolvió, entre otras materias, urgir a los gobiernos de naciones del continente a resolver la impunidad que rodea a diversos crímenes contra periodistas. Los exhortó a preocuparse por la aplicación de la justicia en casos aún impunes de muerte o desaparecimiento de periodistas. Y llamó al gobierno y legisladores de México a cumplir compromisos de impulsar las reformas para federalizar los delitos contra la libertad de prensa, y resolver los casos en los que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha emitido resoluciones contra México.
Por ello, afirma la Felap, en cuestión de derechos humanos el gremio periodístico nada tiene que encomiar: “Por el contrario, insistimos: ¡Ya basta! al reiterar nuestra demanda de justicia.”
A desfondo: El periodista Gaspar Romero denuncia desde la ciudad de Comitán, Chiapas, que desde hace varios meses es hostigado por el Juez 1º de Distrito de Chiapas, en el municipio de Cintalapa, con el fin de que comparezca en una audiencia para identificar a dos detenidos por posesión de armas de fuego. En varias ocasiones, el Juez ha girado oficios a las oficinas del periódico Cuarto Poder, en Tuxtla Gutiérrez, pero los directivos rechazaron recibirlos, bajo el argumento de que los trabajadores de los medios de comunicación no deben ser parte de un proceso judicial, ni ser llamados como testigos…

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